Los colportores: Difusores de la Biblia
La figura del colportor tiene una gran importancia para la llegada de la fe protestante a España. Se trataban de personas al servicio de alguna Sociedad Bíblica que recorrían toda la Península Ibérica cargados de Biblias, Evangelios, Nuevos Testamentos y otras publicaciones que distribuían en las ferias, plazas y por los caminos. La palabra tiene su origen en el término francés "colporteur", que hace referencia a un vendedor ambulante que lleva colgando diversos enseres que vendía casa por casa. En este caso, los colportores transportaban Biblias. Entre las características de estos agentes de las Sociedades Bíblicas, destacan su espíritu aventurero, su buena reputación y testimonio, así como una vida de renuncia y privaciones, ya que pasaban muchos meses lejos de sus hogares.
Los colportores fueron hombres y mujeres que desafiaron los obstáculos de un largo periodo histórico de oscurantismo e ignorancia. Muchos de ellos arriesgaron sus vidas por ciudades, pueblos y aldeas de España para dar a conocer el Libro que había transformado vidas, sociedades enteras, cambiado la faz de países y el mapa de Europa: la Biblia. El texto estaba en el idioma que las personas podían leer por sí mismos y las ideas eran para ser examinadas por ellos también libremente.
George Borrow, también conocido como "Jorgito el inglés", visitó Galicia en 1837 como colportor. El escritor Manuel Curros Enríquez, perteneció a este gremio de trabajadores durante el tiempo que estuvo viviendo en Madrid. Los colportores tenían un salario y cobraban un tanto por ciento de la venta total de Biblias.
Las Sociedades Bíblicas
Con el objetivo de ofrecer la Biblia en las lenguas propias del país a un buen precio en todo el mundo, nacieron diversas Sociedades Bíblicas, al amparo de las iglesias protestantes. Este trabajo de traducción, impresión y distribución era necesario para que las personas pudieran acercarse al mensaje de la Biblia de forma directa y sencilla. La mayoría de las Sociedades Bíblicas vendían las Biblias a un precio muy bajo porque entendían que las personas le daban más valor a la Biblia si la compraban que si la recibían gratis. La primera Sociedad Bíblica fue la "Institución Canstein de la Biblia" fundada en el siglo XVIII por Hermann Francke, para hacer circular la Biblia en lengua alemana. También en fechas cercanas nace la "Sociedad en Escocia para la Propagación del Conocimiento Cristiano", fundada en el año 1709.
Presencia en Galicia
En Galicia, fueron representadas por los colportores las Sociedades Bíblicas Británica y Extranjera (BFBS) fundada en Londres en 1804 con el nombre de Sociedad Bíblica de Londres.
El famoso colportor George Borrow dejó plasmado su paso por España en un clásico llamado "La Biblia en España", traducido al castellano y prologado por uno de los presidentes de la II República: Manuel Azaña.
La Sociedad Bíblica Escocesa también tuvo presencia en Galicia. Nació en 1861 y decidió imprimir y distribuir Biblias a través de sus propios colportores, entre ellos Ventura Vidal (León), Severo Millos (Vigo), Manuel Sendón (Coruña) y José de los Ríos (Ourense).
También la Casa Bíblica de Los Ángeles, una misión independiente que financiaba Biblias en países de habla hispana, llegó a Galicia. Destacaron sus ediciones subrayadas de la Biblia y Nuevos Testamentos, así como sus folletos y otra literatura editada. En Galicia tuvo al menos dos colportores: Antonio Pesqueira y José Nores Santradán, de Seixo (Pontevedra).